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viernes, 6 de enero de 2012

El otro final de Romeo y Julieta.

Julieta y Romeo lograron engañar a todo el mundo. ¿Cómo?
Representaron su propio envenenamiento.
«Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida Muerte!» -dijo Romeo. ¿Y para qué tanto teatro? Para que sus familias, los Capuleto y los Montesco, dejaran de pelearse por el amor que ambos sentían.
¿Quién tenia derecho a prohibir sus besos si su amor era sincero y no dañaba a nadie?
Por eso ingeniaron un final alternativo:
el beso que supuestamente llevaba veneno contenía en realidad zumo de lúcuma y merengue, y estaba ¡¡DELICIOSO!!
Cuando todos se despistaron, Julieta y Romeo salieron de allí en busca de un escenario menos trágico para su amor.
Desde entonces viven felices en otro continente, rodeados de palmeras, a cien metros de una cala preciosa, frente a un mar turquesa, donde no hay chiringuitos, ni puestos de hamacas todavia. Al atardecer suelen subir a la colina y contemplan desde allí el horizonte, pequeñitos y abrazados.
Curiosamente los Capuleto y los Montesco, tristísimos por la desaparición de Romero y Julieta dejaron de pelearse: es mas fácil hacer las paces cuando se está triste que cuando se esta enfadado.

A veces, los finales pueden cambiarse, sobretodo si no te gustan.